Los casos ocurrieron hace más de 30 años y las víctimas
fueron más de 200.
El escándalo que rodeó a la Fundación de la Hemofilia duró
siete años. Es que cientos de personas se contagiaron el VIH y la hepatitis C
durante su tratamiento a raíz de un coagulante infectado y fueron notificados
de los contagios recién cinco años después. En ese momento cuatro médicos
fueron acusados y ahora, tres décadas más tarde, el juez federal Sebastián
Ramos le tomó declaración indagatoria a uno de ellos.
La medida fue solicitada por la fiscal María Alejandra
Mángano y en el mismo escrito, imputó a los cuatro exdirectivos como
"coautores de propagación de enfermedad contagiosa de manera
imprudente".
Los casos se dieron entre los años 1985 y 1992 y fueron por
lo menos 208 las víctimas del contagio masivo. Ese número se multiplicó ya que
como los pacientes no habían sido informados de la contaminación de las plaquetas,
infectaron a su vez a otras personas que aunque no eran hemofílicos mantenían
relaciones con ellos sin prevención.
Ayer, fue el turno de declarar para uno de los médicos,
quien se despegó de cualquier responsabilidad, argumentando que en la época que
ocurrieron no existían los controles con los que sí se cuenta ahora. Como
ejemplo de eso, mencionó a la Administración Nacional de Medicamentos,
Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) que recién fue creada en 1992.
La fiscal Mángano fue quien impulsó la causa nuevamente, que
había prescripto en 2009 cuando el juez Claudio Bonadio sobreseyó a los
imputados. El fallo se apeló, la Justicia se inclinó a favor de los demandantes
y apartó a Bonadio de la causa. De comprobarse la imprudencia, negligencia o
impericia de los profesionales podrían recibir una pena de seis meses a cinco
años de prisión.
Fuente: TN
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